El Herpes Zoster es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por la presencia  de pequeñas ampollas en la piel acompañada de síntomas como ardor y dolor, el mismo que puede preceder a la aparición de las lesiones. Se localizan en cualquier parte del cuerpo siguiendo el trayecto de un nervio, siendo el tórax el más frecuente.

Es producida por el virus Varicela Zoster, el mismo que inicialmente causa  la Varicela, y una vez que se resuelve esta  enfermedad, el virus queda en el organismo durante toda la vida, pudiendo reactivarse cuando hay una disminución de la inmunidad o en edades avanzadas.

El cuadro puede ser de mayor o menor intensidad, dependiendo de factores como la edad, el estado inmunológico de la persona, y si tiene enfermedades crónicas de base como por ejemplo la diabetes.

Se recomienda acudir al especialista, lo más tempranamente posible (antes de las 72 horas), ya que el tratamiento temprano alivia el dolor en la fase aguda , limita la extensión y la duración de la erupción, previene la neuralgia postherpética y disminuye la transmisión del virus.

Actualmente, para la prevención del Herpes Zoster se dispone de vacunas, que se aplican a mayores de 50 años.